Meredith Grey me tienes aturdida
No quiero confundir a nadie porque este post puede llevar al equívoco razonamiento de que no me gusta la fantástica serie “Anatomía de GREY” pero no van los tiros por ahí. Amo la serie, quizás es porque soy adicta al drama y a los altibajos de sus protagonistas o porque me gusta ver guapos enrollándose con guapas y ver como fracasan en sus amoríos como cualquier mortal que se tercie.
Pero el personaje de esta serie me tiene aturdida, estoy un pelín decepcionada con Meredith Grey, empezaré por el principio de la historia para los que no conozcáis a este personaje.
Esta protagonista empezó la serie echando de su casa al fantástico Dr. Macizo, (que no todas tendríamos esa fuerza de voluntad, a mi me pierden mucho los guapos que le voy hacer) porque no quería engancharse, encabronarse, empezar nada, formar parte de la vida de nadie y que nadie formará parte de la suya. Vamos que lo puedes llamar como quieras, de muchas maneras, pero la chica tenía un miedo al compromiso que no se aguantaba de pie. Y su inestable personalidad te hacía quererla y odiarla a la vez. Ahora sí, ahora no, ahora desaparezco, más tarde aparezco sin lógica alguna.
Si bien la pobre chica se confió se dejó llevar y el fantástico Dr. Macizo apareció con su mujer cuando ella decidía empezar algo con él. Y no una mujer normal, no, una mujer que no puedes odiar porque roza la perfección absoluta, de esas mujeres que o te haces su amiga porque mola mil o la odias para siempre por todo la fantástica que es. Bueno o quieres casarte con ella aunque las mujeres no te gusten, porque es perfecta en su perfección. Esto volvió a nuestra protagonista desconfiada y oscura de nuevo.
A lo que íbamos que Meredith molaba, porque cuando el doctorcito decidió abandonar a la mujer perfecta que en realidad era Satanás en modo adultero (Amo a este personaje tanto) la señorita empezaba a salir con un sosainas que todas sabíamos que no la llevaría a ningún sitio, pero no vamos a engañar a nadie todas hemos sucumbido a la idea de tirarnos a los brazos del primer buenecito sosaino que se nos cruza por el camino para olvidar al desgraciado que nos marea una y otra vez. Pero siento deciros que no resulta, y en este caso pues tampoco funcionó. Y volvieron a sus idas y venidas los dos tortolitos de la serie, pero Meredith estaba en su momento mas álgido, iba a una psicóloga odiosa y admitía su locura poco a poco. En breve la íbamos a perder
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Y es ahí cuando ya decidió volverse una chica del montón, pensar en matrimonio, criticar las relaciones de sus amigas, querer tener hijos y ser estable como una cualquiera.
Incluso esa amistad estupenda y maravillosa con su amiga fría y distante (la sarcástica e irónica Cristina) a la que acogía en su cama cuando le venía en gana y echaba al buenorro de su marido sin miramiento alguno se está perdiendo.
Y no quiero ser crítica mala pero hasta sus reflexiones del principio y final de cada capítulo están perdiendo fuerza. Con lo mucho que me hacía pensar a mí con todo lo rubia que soy.
En definitiva, a mí me gustaba la Meredith ida la que desaparecía, la que no tenia nunca nada claro, la inestable vamos, la que daba consejos pésimos a sus amigas pero estaba ahí sí o sí.
Ahora es una Meredith con prejuicios, casada y aburrida, sin trastornos mentales aparentes, ni traumas sin curar. Esa Meredith para mi gusto tiene los días contados, no puedes volverte juiciosa de la noche a la mañana.
Espero y deseo, es más, hago un llamamiento para que vuelva la Meredith tarada ya!
No dejes pasar tanto tiempo sin escribir!
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